miércoles, 24 de diciembre de 2014

EL MONASTERIO DE CORIAS, EN CANGAS DEL NARCEA

Si bien  la fundación del Monasterio de Corias se debe a una doble motivación de los condes, tanto económica como religiosa, también se ve envuelta  en lo legendario, en hechos sobrenaturales de visiones y mandatos divinos, que no perseguían si no dar prestigio al edificio. Esta leyenda narra cómo los condes, privados de descendencia, deciden fundar un monasterio y mantenerlo en secreto. Al no encontrar el lugar adecuado para ubicar su construcción, el inicio de la obra se fue demorando cada vez más. Tanto fue el retraso acumulado que Dios Padre se apareció en un sueño a un criado de los señores. Suero, que así se llamaba éste, escucho como el Todopoderoso le apremiaba  para que manifestase a sus amos que no retrasasen  más su proyecto. Le indicó, no sólo dónde debía levantarse el edificio,  sino también la advocación del nuevo monasterio a San Juan Bautista. Por temor a ser un embustero, el criado decidió guardar silencio. En tres ocasiones se repitió el sueño, siendo la última visión aún mayor. Para que los condes, recibió éste una bofetada en la mejilla, dejando visible la marca del golpe. Sin temor alguno, Suero decidió dar el paso y relatar las visiones a sus señores, mostrando el golpe recibido en las últimas de ellas.
Fue en la primera mitad  del siglo IX cuando los condes Piloño y Aldonza decidieron emprender la fundación de un cenobio en el enclave donde hoy se encuentra la majestuosa obra neoclásica que llego a nuestros días. Era el conde Piñolo una de las personas más acaudaladas de la época en territorio asturiano, cuyas heredades (villas, brañas, iglesias, monasterios  y castillos) se distribuían a lo largo y ancho de la tierra asturiana, desde oriente a occidente, llegando incluso a sobrepasar dicho límite adentrándose en la zona leonesa. Después de un periodo de continua ascendencia y prosperidad durante gran parte dde la Edad Media, muchas veces entrando en conflicto con la nobleza de la zona a fin de que no fuesen  usurpadas sus propiedades, el Monasterio de Corias entro en franca decadencia, agudizada desde la segunda mitad del siglo XV por los abades comendatarios. La crisis resultó insostenible por lo que el cenobio de San Juan Bautista de Corias no encontró otra salida que anexionarse a Valladolid.
 El 24 de septiembre de 1763 cuando la desgracia sacudió los muros de cenobio. El fuego no quiso cebarse  completamente con la comunidad de Corias, salvando la biblioteca, el archivo y la iglesia.
Para la reconstrucción del monasterio de  monjes quisieron contar con un arquitecto de primera línea, lo que les llevo a contactar con el gallego Miguel Ferro Caaveiro, maestro mayor de la Catedral de Santiago.
Las obras se ejecutaron entre los años 1774 y 1808, a cuyo término dieron como resultado un edificio neoclásico de dimensiones colosales. Su aspecto sobrio y desornamentado lleva a hablar de un neoherrerianismo, de ahí que se le conozca como “El Escorial” asturiano.
En virtud de los decretos de exclaustración de 1835 a 1836, los monjes benedictinos debieron abandonar el monasterio, y este paso a disposición  del Estado. El edificio quedo desabitado  durante los 25 Años siguientes, utilizándose solamente la iglesia.
De 1835 a 1860 queda en España un convento de Dominicos, exceptuando expresamente en los decretos de exclaustración por estar dedicado a la formación de misioneros para Filipinas y Asia,. El de Ocaña: pero al ser insuficiente, de perdió y obtuvo del Gobierno la autorización para abrir 9otro subsidiario, en el que pudiesen ser admitidos y formados parte de los futuros misioneros. Al mismo tiempo, Antonio Orge, comisario general de los Dominicos españoles, acariciaba la idea de restaurar  la provincia de España. Visito el monasterio de Corias, juzgando apto para dichos fines y obtenidas las correspondientes licencias de la Santa Sede y del Gobierno, los dominicos españoles adquirieron el monasterio y, tras oportunas  reparaciones, se restauro en él  la vida religiosa, el 11 de noviembre de 1860, constituyendo la primera comunidad los padres Orge y Vicente Romero, procedentes del convento de Ocaña, mas otros seis , y cuatro nuevos novicios que ingresaron ese mismo día en  la Orden. A ellos se irían uniendo otros dominicos que vivían enclaustrados, además de las nuevas vocaciones. Con la vida religiosa se instauraron también en Corias los estudios superiores de Filosofía y teología de los dominicos en la provincia de España, convirtiéndose el Convento de Corias en centro de estudios y de predicación. En ambos aspectos, la provincia de Asturias fue la primera beneficiaria.
Los estudios de teología  se trasladaron luego al convento de San Estaban de Salamanca, en 1892, pero continuaron en Corias los estudios de enseñanza media para las nuevas vocaciones religiosas hasta 1957, en que pasaron al Colegio de la Virgen del Camino en León, instalándose ese mismo año en Corias un Instituto laboral autorizado por orden del 7 de noviembre del Ministerio de Educación y Ciencia, con capacidad para 500 alumnos en régimen de internado, y que ha perdurado hasta el año de 1979.
Entre los hijos ilustres del convento cabria mencionar tres maestros generales  de la Orden, los padres José María Larroca, uno de los restauradores del convento; Manuel Suárez de Herias (Lena) y Aniceto Fernández; los obispos Máximo Fernández, vicario apostólico del Tonkin  y Albino Menéndez Reigada, obispo de Tenerife y luego de Córdoba, los escritores Luis Getino, Juan González Arintero y Justo Cuervo; y el sociólogo padre José Gafo 
La Iglesia, es la más antigua que el resto del edificio monacal, se construyó entre 1593 y 1650. Es de estilo renacentista, con trazas acordes con la corriente herreriana.
El interior de la misma presenta grandes proporciones,  con una decoración sencilla y austera de donde tan sólo resaltan las columnas de pilastras de piedra que sustentan arcos fajones.

Al pie del templo una amplia tribuna conforma el coro. Destaca la amplia sillería de madera, los dos órganos, uno de ellos barroco. La fachada original clásica queda oculta tras la fachada principal del monasterio, y destaca de ella un gran frontón triangular, rematado con tres grandes bolas a modo de acroteras. En una de las capillas se conserva la pieza más destacable el “Cristo de la Cantonada”, el ejemplo más bello de crucificado del siglo XII de los conservados en Asturias. El retablo mayor es barroco de 1680, todo el dorado y decorado on columnas salomónicas emparradas, donde destaca la imagen de San Juan Bautista de gran expresividad. Es destacable la sacristía, una amplia sala con bella cajonería y retablo.    

martes, 23 de diciembre de 2014

EL TRADICIONAL PENETON EN LAS FIESTAS NAVIDEÑAS

El panettone o panetone (en milanés panetùn o panetton), llamado panetón o pan dulce, así llamado en algunos países hispanohablantes, es un bollo hecho con una masa de tipo brioche pasas y frutas confitadas o cristalizadas. Tiene forma de cúpula y la masa se elabora con haría, levadura, huevos, mantequilla y azúcar. Es un postre tradicional de Navidades en Milán (Italia).
Los antiguos romanos fueron los primeros en endulzar un pan con levadura con miel. Se testimonia su presencia en una pintura del siglo XVI de Brueghei el Viejo y en un libro de recetas de Bartolomeo Scappi, cocinero personal de papas y emperadores en los tiempos de Carlos V..
Hay muchas leyendas sobre el origen del panettone. Según la primera de éstas, la historia de este postre nació hace más de cinco siglos, alrededor de 1490, cuando un joven aristócrata, Ughetto Atellani de Futi, se enamoró de la hija de un pastelero de Milán. Para demostrarle su amor se hizo pasar por aprendiz de pastelero e inventó un pan azucarado con forma de cúpula a base de frutas confitadas y aroma de limón y naranja. Los milaneses empezaron a acudir en masa a la pastelería a pedir el «pan de Toni», quien así se llamaba el ayudante, y de ahí viene el nombre de panettone.
Según otra leyenda, probablemente más conocida, el panettone nació en la corte de Ludovico El Moro, señor de Milán desde 1494 a 1500, en la Nochebuena. Se cuenta que el Duque celebró la Navidad con una gran cena, llena de deliciosos platos dignos de la riqueza de la corte milanesa. El postre iba a ser la natural conclusión de tan lujoso banquete, sin embargo, al momento de sacarlo del horno, el cocinero se dio cuenta que se había quemado. Hubo un momento de terror en la cocina de Ludovico, pero afortunadamente un lavaplatos, llamado Antonio, había pensado utilizar las sobras de los ingredientes para amasar un pan dulce y llevárselo a su casa. Dada la situación, el joven Antonio propuso al cocinero servir su pan como postre. Era un pan dulce muy bien subido, lleno de fruta confitada y mantequilla que fue llevado inmediatamente al Duque. El inusual postre tuvo un enorme éxito y Ludovico preguntó al cocinero quién lo había preparado y cuál era su nombre. El cocinero le presentó al Duque al joven Antonio, quien confesó que ese postre todavía no tenía nombre. El señor entonces decidió llamarlo «Pane de toni», que con los siglos se convertiría en panettone.2
El primer registro del panettone como dulce navideño tradicional milanés es un artículo del escritor iluminista Pietro Verri en el siglo XVIII, que lo llama pane di tono (‘pan grande’).
Su industrialización hizo que su consumo se hiciera tradicional en Italia, y luego a nivel mundial, durante la Navidad. En el año 1919 el empresario milanes Angelo Motta y luego en el 1933 Gino Alemagna, lanzaron en toda Italia y el mundo el panettone, dulce típico de Navidad.
De aquel primer pan se han derivado numerosas variaciones y se puede encontrar con uvas, pasas, piñones, almendras, chocolate y frutas confitadas. En Milán terminó por convertirse en un postre tradicional navideño, sobre todo desde que los empresarios empezaron a regalarlo a sus clientes como obsequio.
Dada su popularidad internacional, se vienen realizando en toda Hispanoamérica, en el Perú se llega a comer más de cinco "panetones" por familia, siendo el segundo mayor consumidor mundial de este producto. Es imprescindible durante los festivos de diciembre y su consumo se remonta a los comienzos de siglo XX cuando Antonio D’Onofrio, hijo de inmigrantes provenientes de Caserta, Italia, lo introdujo con su propia marca. Los "panetones" de Perú son exportados a toda América Latina, Japón y Estados Unidos. Actualmente también se consume (no ampliamente) durante las fiestas patrias de esta nación y a lo largo de todo el año. Es tradicional comer el "panetón" en la noche de Navidad y fin de año, acompañado generalmente de chocolate caliente con leche.
Dada su popularidad internacional, se vienen realizando esfuerzos para obtener una  Indicación Geográfica y una Denominación de Origen Controlada para este producto. Estas iniciativas han cobrado mayor importancia en los últimos años dada la creciente competencia en diversas partes del mundo, donde el panettone está muy presente en las fiestas navideñas y de año nuevo.
Con su típica forma de cúpula y una altura de unos 12 a 15 cm, se sirve en rebanadas verticales y puede ser acompañado de chocolate caliente o de vinos dulces como el asti spumante o el vino moscatel, e incluso con vinos con más cuerpo.
El panettone se consume de diferentes maneras, ya sean rebanadas finas o gruesas, para el desayuno o como postre al final del almuerzo. En algunos países se sirve tostado, y se unta con salsas y mermeladas o, se recubre o rellana con cremas.
En Italia se sirve acompañado de queso Mascarpone
En España, se usa durante nochevieja y también como sustituto del roscon de reyes
En Bolivia es tradicional comer el "panetón" en la noche de Navidad, acompañado generalmente de chocolate caliente con leche.
En Colombia se llama simplemente "pan de frutas europeo" y suele consumirse en época de Navidad.
En Brasil es uno de los mayores productores y consumidores a nivel mundial de panettone. La receta fue llevada a Brasil por los inmigrantes italianos. 
En Ecuador se denomina pan de pascua, desde noviembre comienza a ser vendido pero se consume principalmente en las fiestas de Navidad y fin de año acompañado de chocolate caliente con leche.
En Chile también se denomina pan de pascual y se consume principalmente en las fiestas de Navidad y Año Nuevo acompañado del tradicional ponche llamado cola de mono.
En Argentina se lo denomina "pan dulce" y hay variedades que contienen fruta, frutas secas y hasta chispas de chocolate. Los hay sin frutas ni otros agregados también. Se come durante la época de "las fiestas" (Navidad, fin de año, Reyes, y fechas cercanas a todas estas). En Argentina, también, han comenzado a crear variedades que se distinguen de los tradicionales sabores. Tal es el caso de Vanesa Lorena Barros, técnica en gastronomía fundadora de la pastelería on line, "El Refugio Gourmet", quienes han creado el Pan Dulce con crema pastelera, el pan dulce con frutos rojos(arándanos, cerezas, otras) y la combinación de ambos con otros ingredientes.
En Paraguay se denomina "pan dulce" y se consume, principalmente, la variedad que contiene fruta y chispas de chocolates. Se come en época de Navidad, no está restringido al postre, comiéndose a cualquier hora.
En Venezuela se denomina "panettone" o "panetón" y fue popularizado por los inmigrantes italianos a mediados del siglo XX. El consumo de esta variedad de pan dulce se lleva a cabo tradicionalmente durante la época decembrina acompañando la cena de nochebuena con ponche crema o chocolate caliente.

La tradición también implica regalar panettone como un gesto de amabilidad a otras personas.

sábado, 20 de diciembre de 2014

LAS NAVIDADES DE ANTAÑO EN NUESTRA PATRIA

Ricardo Palma en sus Tradiciones Peruanas, cuenta como eran las Navidades de antaño, n esa ciudad fundada en 1535 por don Francisco Pizarro. Era un mes integro dedicado a la jarana, a la buena comida y a la bebida.

Por aquella época era raro en los barrios que a partir del ocho de diciembre, no se celebrara en algunas casas, lo que nuestras bisabuelas llamaban el altar de la Purísima. El altar se armaba en el salón principal de las casas, y desde las siete de la noche los amigos y demás invitados empezaban a llegar.

Las chicas solteras se diferenciaban de las casadas en la colocación de las flores que se ponían en el pelo. Se sabía que rosas y claveles al lado izquierdo significaba que la propietaria de la misma estaba en disposición de admitir a un galán para que la enamorara.  

Se principiaba normalmente rezando los cinco misterios del rosario, acompañado de cantos a la Virgen, seguía un sermón muy devoto, pronunciada por un fraile muy  importante amigo de la familia, terminando la función religiosa cantando alegres villancicos, que eran acompañados por el clavicordio y el violín, entonados por las criadas  de la casa a las que se asociaban otras de la vecindad.

Después de las diez de la noche, en que se despedían los invitados más importantes o de “etiqueta”, era cuando comenzaba la jarana en regla. Las parejas se sucedían bailando delante del altar el ondo, la pieza inglesa del paspié, y demás bailes de sociedad que por entonces estaban de moda.

Las copas abundaban y después de media noche se trataba a la Purísima con toda confianza, se dejaban los bailecitos sosos y ceremoniosos, entrando la voluptuosa zamacueca con los acordes del arpa y el cajón.

En su origen, el cajón se utiliza en danzas costeñas, como la zamacueca y el tondero, bailes originarios de la costa centro y norte del Perú. El uso de este instrumento fue popularizado con estos bailes, no mucho después de la fiesta limeña de la época virreinal, denominada “Fiesta de Amancaes”.
Entrando al siglo XVIII, la zamacueca se tocaba con palmas y haciendo ritmo con los “cajones de la casa” o también con “cajas de embalaje” o reemplazando las botijas primitivas hechas de piel de cabra.

Cuenta Palma que desde el día 15 de diciembre comenzaban las misas de Aguinaldo, en las que todo era animación y alegría, los muchachos se reunían en las mañanas se congregaban en las iglesias para tentación y pecadero del prójimo enamoradizo.

Las orquestas criollas y los diversos cantantes, hacían oír todos los aires populares de éxito por aquellos días. Lo religioso y lo sagrado no excluía a lo mundanal y profano. Al final de la misa, un grupo de pallas bailaba la cachua y el maisilla, cantando coplas no siempre muy ortodoxas.

Una  misa de Aguinaldo duraba un par de horas por lo menos, de siete a nueve. Esas misas si eran cosa buena, y no insulsas como las de hogaño. Hoy en las misas de Aguinaldo, ni en las del Gallo, hay pitos, canarios, flautines, zampoñas, bandurrias, matracas, zambombas, canticos ni bailoteos, ni los muchachos rebuznan, ni cantan como gallo, ni lagran como perro, ni mujen como buey, ni maúllan  como gato, nada de los se alcanzó todavía en el primer tercio de la República, como pálida reminiscencia del pasado colonial. 

La Nochebuena, con su misa de Gallo, era el no hay más allá del criollismo.  Por aquellos años, desde las cinco de la tarde del 24 de diciembre en los cuatro lados de la Plaza Mayor, se armaban unas mesitas, en las que se vendían, flores, dulces caseros, conservas, juguetes, pastas, licores y cuanto “apetitoso y manducable”, pudo Dios crear.  

Antes de las doce de la noche, la aristocracia y la clase media se encaminaban a los distintos templos, donde en los atrios las pallas cantaban villancicos, acompañados de sus instrumentos musicales de aquella época.

Mientras que en la plaza mayor, sólo el populacho quedaba, multiplicando las libaciones de licor.

Al terminar la misa de Gallo, seguía en las casas una opípara cena, en la cual el tamal era plato obligado. El tamal es el nombre genérico dado a varios platillos de origen indígena preparados generalmente con masa de maíz rellena de carnes, generalmente de chancho, vegetales, aji, frutas, salsas y otros ingredientes, envuelta en hojas de mazorca de maíz o plátano, Estos pueden tener sabor salado o dulce.

Y como no era higiénico echarse en brazos de Morfeo tas una buena comilona “bien mascada” y mejor humedecida con buen vino tinto de Cataluña, enérgico jerez de Málaga y el alborotador quitapesares (asó lo llamaba el vulgo, legitimo aguardiente de Pisco o de Motocachi. Se improvisaba en familia un bailecito, al que los primeros rayos de sol ponían remate.

En cuanto al pueblo, para no ser menos que la gente de posición, armaba jarana hasta el alba alrededor de la pila de la plaza. Allí las parejas se descoyuntaban bailando la zamacueca, pero zamacueca borrascosa , de esa que hace resucitar a los muertos.  

Como los altares de Purísima. eran los nacimientos motivo de fiesta doméstica. Desde el primer día de Pascua arribase en algunas casas un pequeño proscenio, sobre el que se veía el establo de Belén con todos los personajes (le que habla la bíblica leyenda. Figurillas de pasta o
de madera más o menos graciosas completaban el cuadro.

Todo el mundo, desde las siete hasta las once de la noche, entraba con llaneza en el salón, donde se exhibía el divino misterio. Cada nacimiento era más visitado y comentado por los asistentes.

Cuando llegaban personas amigas de la familia propietaria del nacimiento, se las agasajaba con un vaso de jora, chicha morada u otras frescas horchatas, bautizadas con el nada limpio nombre de orines del Niño.

En no pocas casas, después de las once, cuando quedaban sólo los amigos de confianza, se armaba una de golpe a “parche y fuego a la lata”. Se bebía y cuequiaba en grande.

El más famoso de los nacimientos de Lima era el que se exhibía en el convento de los padres bethiemitas o barbones. Y era famoso por la abundancia de muñecos automáticos y por los villancicos con que festejaban al Divino Infante.

Pero como todo tiene fin sobre la tierra, el 6 de enero, día de los Reyes Magos, se cerraban los nacimientos. De suyo se dejaba adivinar que aquella noche el holgorio era mayúsculo.


Y hasta diciembre de otro año, en que, para diferenciar, se repelían las mismas fiestas sin la menor variante.

domingo, 14 de diciembre de 2014

JOSE FERNANDO DE ABASCAL Y SOUSA, MARQUES DE LA CONCORDIA, TRIGESIMO OCTAVO VIRREY DEL PERÚ

                                                                                   
El ovetense José Fernando de Abascal y Sousa,  marqués de la Concordia, fue el  trigésimo octavo, virrey del Perú, nació en Oviedo  el 3 de junio de 1743, hijo de padres nobles. Estudio matemáticas en esta ciudad y desempeño varios cargos de su profesión en Mallorca, La Habana  y Nueva España.  Tomo parte  en la ocupación de la colonia  de Sacramento  y en 1799 fue nombrado  comandante  general e intendente  de Nueva Galicia (México). En 1804 fue designado virrey del Río de la Plata y antes de posesionarse de este cargo virrey del Perú, pero no llego a Lima hasta agosto de 1806, debido a que durante el viaje fue  hecho prisionero por los ingleses.
Don Fernando de Abascal y Sousa, caballero de Santiago y marqués de la Concordia, de  gallarda figura y una rancia ejecutoria que probaba siete ascendencias de sangre azul, sin mezcla de moro ni judío, Era un hombre muy valiente hasta la temeridad. Fue un hombre de gran habilidad a punto de que amigos y enemigos  que alcanzaron a conocerlo, están de acuerdo.  El marqués de la Concordia, se mantiene durante diez años de autoridad – 1806-1816- como el fuerte eslabón que resuelve la  continuidad entre la colonia y la fuerza política nueva que pugnaba  por abrirse paso a expensas de la decadencia  monárquica española.    
El virrey, jefe del poder político, sin más limitaciones que la autoridad  del rey, que le nombraba, con residencia en Lima, y una asignación anual de 30.000 ducados- diez mil más que en México- era el personero máximo de la colonia.
La acción inteligente sagaz y oportuna de este hombre superior , fue el más formidable adversario que encontraron en su impetuoso estallido, la nuevas ideas revolucionarias del siglo. Abascal avizoraba, la realidad con espíritu comprensivo, con profundo sentido de la justicia inspiradora de los patriotas americanos. Sabía que la madre Patria con la función estéril, de sus últimos monarcas, no podía evitar la plasmación del gran ideal humano de libertad. Y, conciliador, supo mantener el equilibrio entre los nuevos derechos proclamados, y el derecho tradicional de su patria a la esclavitud de América.
Abascal, fue por eso una fuerza inteligente, un centinela sagaz, que se conservaba enhierto en medio del vendaval  demoledor que azotaba contra la monarquía vacilante y aun sus perdida Bayona, Abascal desbarataba todos los planes de los patriotas. Contra él, no era posible la consolidación de las revueltas libertarias, pronunciadas en las principales capitales hispanoamericanas. Con él o sin él, eran  los dos términos  avistados por los directores del  movimiento emancipador del continente. Contra él no. De ahí que se ofreciera, se le suplicara, la ruptura de su fidelidad a la Corte, para salvar ewsos pueblos de América, del cruento sacrificio por la libertad.
Abascal, para la historia, era el último baluarte de la monarquía, la última energía concrecionada de un poder derrumbado, ya en el pacto cobarde de Bayona . Si no era posible, conquistarle por la jefatura  política de la colonia, proclamando su independencia, había que tratar de eliminarlo, para que el ideal pudiera plasmarse, sin derramamientos de sangre. Por eso los diez años de su mandato, fueron la década de los grandes avances y de los grandes retrocesos en el área de la emancipación americana.
Esta creciente corriente emancipadora, además de la amenaza inglesa al sur del continente llevo a Fernando de Abascal, entre 1806 y 1816 a reparar y poner en  valor las murallas de Lima. Esta refacción general de la fortificación puede considerarse  parte del impulso edificador de este periodo. Se construyó el cuartel de Santa Catalina (1806), la Portada de Maravillas (1807), entre muchas otras obras, realizándose también una mejora general de las plazas  y espacios públicos, lo que significó un primer acercamiento a la concepción de una Lima urbana moderna o proyectada hacia el futuro.
Motivado principalmente  por la amenaza inglesa, Abascal  emprendió la reparación de las murallas, evitando el uso de la Hacienda Real. El 29 de agosto de 1807 prohibió por bando toda alza en el costo de los jornales de los peones y el aumento del precio de los adobes.
Entre los ciudadanos particulares de la ciudad se contó con la colaboración del marqués de Calada de la Fuente y Francisco Vázquez de Ucieda, quienes repararon un baluarte cada uno. Además los hacendados de las inmediaciones financiaron la reparación de tres baluartes más, y los vecinos de la zona de Monserrate aportaron siete mil pesos para la reedificación  de las murallas de su sector. La refacción consistiría en despegar  las grandes cantidades de basura y escombros que se habían acumulado alrededor de gran parte de las murallas, rellenar los baluartes donde se hubiera perdido material y reforzarlo para recibir artillería pesada. Reconstruir las partes derribadas y reforzar las existentes. Se construyeron además caminos internos y externos  e la línea de los muros repartiéndose el costo de las obras de reparación entre las instituciones de Lima. Siendo el costo total de ciento cincuenta mil pesos.
Los trabajos duraron varios meses, siendo supervisados por el  mismo virrey. Al termino de las obras, se había vuelto a poner en uso el antiguo terraplén superior o adarve en torno a la ciudad, igualmente, se construyó un camino externo al pie de las murallas e incluso se llegaron a cavar algunos fosos y se construyeron almacenes en las golas de dos baluartes para el depósito de pólvora, rehaciéndose además las portadas de Guadalupe y Maravillas, siendo el costo de nueve mil pesos.     
El 31 de mayo de 1808 el virrey Abascal inauguro el Cementerio General de Lima bajo la dirección del arquitecto, escultor y pintor vasco Matías Maestro y constituyó el primer cementerio de carácter civil en América. Siendo el costo total de ciento diez mil pesos.  Ante la oposición de la población que estaba acostumbrada a enterrar sus muertos en corralones camposantos que tenían los hospitales, en  el atrio o en las bóvedas de las iglesias y conventos en criptas  o catacumbas. Esta innovación fue trascendente en el campo de la higiene capitalina.
José Fernando de Abascal, a pesar de actuar en épocas de permanentes erupciones libertarias, logro desviar la atención  pública hacia su obra constructiva. Funda la Escuela de Medicina de San Fernando, cuya dirección se la día a Hipólito Unanue,  el Colegio de Abogados, academias de pintura y dibujo, el fuerte de Santa Catalina, protege el arte teatral, estallan revoluciones dentro y fuera del país que son sofocados, con mano firme, en unos casos, y con mucha sagacidad en otros.
En 1813 Abascal cumpliendo el imperativo cultural de su hora , libró al Perú del Santo Tribunal, convertido contra la inspiración de Ignacio de Loyola, en manos de los discípulos horrendos de Torquemada, en el más espantoso organismo social de venganza y muerte.  En el año de 1815 se reinstala el Santo Oficio en el Perú y perdura, menos exigente hasta 1820.
Por enero de 1813 recibió el virrey Abascal entre otras resoluciones de las Cortes de Cádiz, una en que se le participaba quedar abolida  la horca en España y sus colonias y remplazada con el garrote
Durante su mandato se fabrica, en el Perú, el instrumento del garrote, para sancionar a los condenados a muerte. La nota del virrey al cabildo, dice del criterio penalista de la época: el sistema intimidativo, creído el mejor, para evitar la delincuencia: “En papel de 5 del actual-agosto 1814- me han expuesto, el Excmo. Ayuntamiento que, merced a sus esfuerzos, está ya pronta la máquina de dar garrote. En esta virtud, y para que el ejercicio de la justicia no siga suspenso, y la falta de castigo no aumente el número de malhechores, lo aviso a VE, para que se empiece a aplicar garrote a los condenados…”.
En el año de 1814, llegó la última partida de esclavos, que se vendieron al precio de 600 pesos. Había, como era natural, gran demanda del artículo, pues la invasión francesa y la alianza británica con España, eran rémoras para el tráfico regularizado de los buques negreros.
Se produjo  un gran incendio accidental en la ciudad de Guayaquil, que destruyo media ciudad; un sismo en Ica y otro en Piura; un huracán en Lima que descuajó árboles de raíz de la alameda de Lima, y arranco algunos techos  y ventanas de las casas de la capital peruana; El 1 de diciembre de 1806 se sintió en Lima un temblor que duro dos minutos y que hizo oscilar las torres de la ciudad. La braveza del mar en el Callao fue tanta, que las olas  arrojaron  por sobre la barraca del capitán del puerto un ancla que pesaba treinta quintales;  aparecen dos cometas uno en octubre de 1807 y en noviembre de 1811, otro que durante seis meses permaneció visible sin necesidad de telescopio; también se produjeron diversos movimientos rebeldes en el continente americano, que fueron reprimidos con gran energía cualquier intento de insurrección.
Al estallar la revolución en la América española en 1810. Abascal convirtió al Perú  n un centro de loa reacción carliasta. Para ello ocupo militarmente el Alto Perú. Sofoco la insurrección en Chile y el levantamiento de Quito e incorporo esta audiencia al virreinato peruano. Aplasto duramente los conatos revolucionarios que se producían en el Perú deteniendo a la vez los avances de la revolución argentina en el Alto Perú y reorganizó el ejercito.
Abascal había renunciado del cargo de virrey, el 14 de octubre de 1816 ante Fernando VII  y entregó el mando al general Pezuela, servidor y protegido de aquel.
La salida de Abascal, propicia la disolución del gran partido de voluntarios, organizado por él, para la defensa  de la unión hispanoamericana, y marco y consolido la libertad de los pueblos más alejados del Perú.
El propio virrey Fernando de Abascal había previsto este fenómeno evolutivo. En carta a un íntimo amigo suyo, en la Corte, le profetizaba: “Harto de hecho por atajar el torrente y no quiero, ante la historias y ante mi rey, cargar con la responsabilidad de que el Perú se pierda para España, entre mis manos. Tal vez otro logre  lo que yo no me siento con fuerzas  para alcanzar…”.
Efectivamente, el viaje del Marqués de la Concordia aquietó a los americanos el gran cerebro opositor a su libertad. Fue en vano que, durante el gobierno de Pezuela se abolió la mita y se pensase en prerrogativas a los criollos y mestizos. Ya el movimiento tomaba fuerza, la monarquía resultaba decadente ; y sobre todo, los genios de la emancipación actuaban , en el sur y en el norte, para enfocar en el Perú, la solución definitiva del problema continental.

A su regreso a España, Abascal fue nombrado Capitán General. Falleció en Madrid el 31 de julio de 1821, tres días después de haberse proclamado las Independencia del Perú, por el General José de San Martín.        

sábado, 6 de diciembre de 2014

JOSÉ COSMEN ADELAIDA Y EL ALSA

Escribir sobre José Cosmen Adelaida, sería muy largo. Yo lo conocí y tuve mucho trato con él, en la Fundación Príncipe de Asturias cuando era miembro del Jurado del Premio de Cooperación Internacional, me recuerdo cuando le llevaba a firmar los diplomas de los distintos premiados, ese hombre sencillo y bueno,  me recibía con una gran sonrisa cariñosa, y enseguida me daba un abrazo, para seguidamente preguntarme primero por  mi salud y después sobre mi familia.
Francisco José Cosmen Adelaida, el mayor empresario español de transporte de viajeros por carretera en la historia del sector, presidente de honor de la compañía asturiana de autocares y autobuses ALSA (líder nacional y a la que impulsó por España y el extranjero) y creador de un relevante grupo mercantil familiar con implantación en diversos sectores y países, falleció ayer en Oviedo, a los 85 años, a causa de una enfermedad que padecía desde hace tiempo.
Otras veces nos encontrábamos por la calle y don José era siempre el mismo, un hombre sencillo, humano, bueno y tranquilo, de los que ya quedan pocos en ese mundo. A pesar de que era un personaje muy importante en el mundo del trasporte, nunca perdió la compostura y siempre era el mismo.
El matrimonio Cosmen Adelaida regentaban lo que, en aquellos primeros años del siglo XX, se conocía como un negocio mixto-rural con dedicación a un buen número de actividades diversas  La familia Cosmen se dedicaba al transporte más o menos regular de pasajeros en diligencias y otros medios de tracción animal desde 1728. Alternando las concesiones de servicios regulares de viajeros con una pequeña fábrica de embutidos y una tienda de ultramarinos en Cangas que proporcionaban una base de capital para el sostenimiento de negocios de modesta envergadura en el que estaban implicados tanto los miembros del grupo familiar como otras familias de la burguesía acomodada de la zona.
Don José Cosmen, nació en el año 1929, José Cosmen (Cangas del Narcea), Asturias, 1928), descendiente de una dinastía, de tradición empresarial dedicada a la arriería y al transporte desde al menos el siglo XV, cursó peritaje mercantil y en 1953 se incorporó a la empresa de autocares familiar (empresa Cosmen), que, con dos vehículos, cubría la línea Cangas del Narcea-Villablino. Bajo su gestión, la empresa sumó otras dos concesiones y en 1960 se integró en ALSA a cambio de acciones, dinero y un puesto en la dirección de la compañía, que era líder en Asturias casi desde su fundación en 1923.
Los hermanos Cosmen ayudaban a sus padres en el negocio familiar durante las vacaciones escolares; una experiencia que José siempre valoró como un complemento esencial de su formación. De este modo y después de graduarse con el título de Peritaje Industrial y realizar el servicio militar en las Milicias Universitarias, se incorporó al frente de la empresa familiar en un momento de extraordinario desarrollo.
Con una actividad muy condicionada a las características geográficas y a las necesidades de la zona donde residían, los muy aislados concejos del Occidente asturiano, los Cosmen establecieron sus primeras rutas enlazando estas comarcas con el área Central a través de las carreteras costeras y del Puerto de la Espina, en el interior, y superando pronto los puertos de Somiedo y Leitariegos para acaparar los tráficos con la zona leonesa a través de Ponferrada, una ruta clave en el desarrollo de la compañía y de gran importancia estratégica debido al desarrollo de la minería del carbón en las cuencas leonesas. Las líneas de ALSA se convirtieron en decisivas para la vertebración del área occidental con el final de siglo y los avances de la revolución industrial en la medida en que la empresa familiar supo aprovechar en su negocio de transporte de viajeros y mercancías los nuevos motores, de vapor primero y de explosión después. Sustituye la tracción animal, por las máquinas de vapor y, finalmente, por motores de explosión. Finalmente en 1923 se constituye como Automoviles Luarca S.A (ALSA), comenzando una nueva andadura que conduce a la sociedad hasta nuestros días. La empresa comenzó así su expansión, tanto a nivel nacional como internacional.
Así comienza la historia de la multinacional asturiana, como una empresa de diligencias, nacida en Luarca en el año 1889. Conocida como Ferrocarrilana, unía la villa asturiana con la ciudad de Oviedo en quince horas de viaje. Pocos años después, la empresa se hizo con algunos vehículos de vapor y cambió su nombre por El Luarca, automóviles de viajeros. Mejoró su ruta a la capital del Principado reduciendo el trayecto ocho horas. 
Convertido en director gerente desde 1961, Cosmen fue el ejecutor de la gran expansión nacional e internacional de ALSA, de la que se erigió en dueño total a mediados de los años ochenta,  tras la adquisición paulatina de acciones a las familias fundadoras. En 1964 Alsa inauguró la línea Asturias-Madrid y la primera ruta europea entre Oviedo-París-Bruselas y amplió su flota con la compra de 22 autocares. Con el impulso del negocio, los 6 millones de viajeros que Alsa transportaba anualmente en 1960 se convirtieron en 29 millones en 1980 y en 56 millones en 1990. En esta última década, el desarrollo de la empresa fue especialmente relevante. En 1984 suscribió un acuerdo con la sociedad Nayio Shezhen Co. Transport Vehicles para convertirse en la primera empresa extranjera que conseguía la explotación de líneas regulares de transporte de viajeros en China. Wed de Biografias)
Muchos han sido los cambios que han experimentado los autobuses a lo largo de una trayectoria, que se dilata más de un siglo en la historia. Una familia emprendedora asturiana, los Cosmen, que iniciaron su andadura en el transporte de mercancías y pasajeros, acercando a las personas a sus destinos deseados. Facilitando la vida de los viajeros, innovando, a la vanguardia de un mundo globalizado.

En ese tiempo, ALSA siguió una estrategia de absorción de competidores que la situaron en el liderazgo español, que consolidó en 1999 con la compra de la estatal Enatcar. Para entonces ya había realizado un gran despliegue internacional, con participaciones y filiales en Suiza, Reino Unido, Portugal, Alemania, China, Chile y Marruecos.
La aventura de Pepe Cosmen fue fascinante. Desde su rincón cangués se extendió por el mundo. Algo deben tener la leche y los aires de Leitariegos, porque Francisco Rodríguez, de Reny Picot, es otro de los grandes empresarios internacionales españoles. Pepe Cosmen conquistó el mundo con una dan naturalidad. Era un hombre tranquilo. Tan tranquilo que podía suponerse que no moriría nunca. Y no ha muerto. Cada vez que vemos un ALSA ahí está Pepe Cosmen. El hombre es su obra.


miércoles, 3 de diciembre de 2014

EL TEJO: EL ÁRBOL MÁGICO DE LOS CELTAS

El Tejo: el árbol mágico de los celtas  

Los tejos (Taxus) son un género de árboles coníferos de la familia Taxaceae, propios de las zonas montañosas, con ambientes frescos y húmedos, y que prefieren los terrenos calizos.
El tejo es un árbol discreto. Al verlo, muy pocos se imaginan que tras este ser de apariencia triste, se esconde uno de los árboles que más ha influido en gran parte de la historia de Occidente.  El tejo o texu, árbol mágico en el universo celta del que forma parte esta Asturias

Al hablar del tejo no podemos dejar de referirnos a su carácter sagrado. Lo fue para el pueblo celta, cuyos druidas con sus ramas hacían bastones “mágicos” y con palillos de su madera adivinaban el futuro; y lo fue también para los más antiguos astures y otros habitantes del norte de la península desde tiempo inmemorial. 

El cristianismo lo adopto y lo incorporó a su doctrina como símbolo de la vida y de la muerte. Y por su longevidad, símbolo también de la eternidad, de lo que nos sobrevive más allá de nosotros mismos. El árbol de la vida y de la muerte está presente en nuestra tradición cristiana desde las primeras páginas del Génesis en el relato del paraíso. Aquel árbol del fruto prohibido que lleva a Adán y a Eva al pecado, y de ahí hasta el árbol de la cruz en el que fueron después redimidos por Cristo todos los pecados de la humanidad. Por eso es frecuente que al lado de muchas iglesias, ermitas y cementerios de Asturias haya al menos un ejemplar de tejo. Hay doscientos ejemplares censados junto a Iglesias y Ermitas en toda Asturias, lo cual da idea de la importancia que tuvo en esta tierra para párrocos y vecinos. 
Los tejos pueden alcanzar una altura de hasta 20 metros. Aunque con frecuencia se desarrolla de manera desigual, su copa es piramidal con abundantes ramas que salen del tronco de manera horizontal. El tronco es grueso y con una corteza delgada de tiras pequeñas de color pardo rojizo o grisáceo, alcanzando diámetros de 1,5 metros. Son muy longevos, pudiendo superar los 1.500 años de vida. Tiene hojas perennes de 10 a 30 mm. Dispuestas en dos hileras opuestas, de color verde oscuro por la cara superior y amarillento o glabro por el envés. Es una especie dioica, con pies masculinos o femeninos. Fructifica en forma de arilo carnoso que rodea la simiente, de intenso color rojo y sabor agradable. Maduran en otoño y cada seis o siete años el árbol tiene una producción abundante de frutos. Raramente forman bosquetes, siendo lo común encontrar a los ejemplares aislados. Casi todas las partes de la planta son ricas en alcaloides tóxicos: taxina, taxol, y baccatina, siendo el primero el más peligroso, pues puede llevar a la muerte en pocos minutos. El arilo o baya es la única parte libre de taxina, pudiendo ser ingerido con la precaución de retirar la semilla.
Su madera es muy dura, de grano fino y apretado, lo que la hace muy apta para ebanistería y talla, aunque la escasez de piezas de suficiente grosor, debido a su crecimiento muy lento, limita su uso. Durante la Edad Media fue muy utilizado en las Islas Británicas para la elaboración del arco largo, por su resistencia y flexibilidad, hecho que produjo su casi extinción en las islas.
Silio Itálico, Lucio Anneo Floro, y San Isidoro de Sevilla señalan el uso de estas semillas en la Peninsula Ibérica por parte de los antiguos cántabros, astures y entre los pobladores de Gallaecia como veneno para suicidarse cuando se encontraban sitiados por el enemigo o presos de éste.
Estos pueblos celtas veneraban al tejo dado que formaba parte de algunos de sus rituales al ser considerado un árbol sagrado, probablemente debido a la extraordinaria longevidad de la planta, que la hace parecer inmortal. Por esta misma razón, en España ha sido plantado profusamente en la Cornisa Cantábrica al abrigo de ermitas, iglesias y cementerios desde tiempos remotos, como símbolo de la trascendencia de la muerte, y es habitual encontrarlo en las plazas de los pueblos bajo el cual se realizaba el concejo abierto. Todo esto es lo que le ha permitido perpetuar ese halo de misterio y sacralidad que envuelve lo relacionado con esta especie.
Para la tradición y cultura asturiana este árbol ha constituido un auténtico vínculo de su pueblo con la tierra, los antepasados y la religión antigua. En Asturias era costumbre el llevar a los difuntos una rama de tejo el Día de Todos los Santos, para que ella les guiara en su retorno al País de las Sombras. Durante la Noche de San Juan era asimismo usual que los mozos asturianos depositaran estas mismas ramas en las ventanas o puertas de la casa de sus pretendidas, mientras ellas les tiraban bayas de este mismo árbol.
Su cualidad de ser un árbol perenne, tanto en el sentido de su porte, como en su longevidad, le ha valido servir como marca fronteriza y como lugar de reunión. Un árbol que por su inmutable follaje verde oscuro puede ser localizado a gran distancia. En el mundo celta, de forma especial, se veneraba a los árboles que habían visto y vivido mucho, se tomaban como sabios testigos del mundo.1
Los tejos son los ermitaños de los bosques, les gusta vivir en la soledad de las hondonadas sombrías, donde crecen lentamente durante siglos e incluso milenios.
Durante la cristianización, la veneración celta al tejo continuó, pasó de ser de un símbolo de muerte y reencarnación a ser de muerte y resurrección. Puede decirse que las primeras iglesias eran tejos. Las personas se reunían en torno a los árboles sagrados y podían estar en contacto con la atmósfera espiritual que rodeaba a estos árboles.
“En estas pláticas iban, cuando vieron que, por la quiebra que dos altas montañas hacían, bajaban hasta veinte pastores, todos con pellicos de negra lana vestidos, y coronados con guirnaldas, que, a lo que después pareció, eran cuál de tejo y cuál de ciprés. Entre seis de ellos traían unas andas, cubiertas de mucha diversidad de flores y de ramos, lo cual visto por uno de los cabreros, dijo: –Aquellos que allí vienen son los que traen el cuerpo de Crisóstomo, y el pie de aquella montaña es el lugar donde él mandó que le enterrasen...”
Miguel de Cervantes, Don Quijote de la Mancha, parte I, Cap. XIII
En una leyenda irlandesa, para casarse con una doncella, es condición indispensable que el pretendiente le lleve una rama de acebo, una flor de caléndula y bayas carmesíes del tejo.
Un dicho popular inglés recoge una enigmática tradición que hace referencia al tejo como el ser vivo más longevo:
La longitud de una era es por término medio de unos 729 años.
Uno de los instrumentos de madera más antiguos que se conocen, es un hacha de tejo de 36,7 cm. de longitud hallada en 1911 en Clacton (Inglaterra), a la que le calculan unos 50.000 años de antigüedad. 

El Tejo es un árbol más bien pequeño que raramente sobrepasa los 15 metros de altura. Pero destaca en cuanto al perímetro. 

En Escocia se encuentra el tejo de Fortingall, posiblemente el árbol más antiguo de Europa con más de 2000 años y que sobrepasa los 15 metros de diámetro. Se encuentra en un recinto protegido para su conservación. 
La copa del tejo es densa. Ramificado desde poca altura, las ramas inferiores son casi horizontales, las superiores sin embargo tienden a ser más verticales. Aumentan su perímetro unos 2,5 centímetros al año durante el primer siglo de vida, después el crecimiento se ralentiza engrosando 2,5 centímetros cada 5, 10 o 15 años. 

De hoja perenne, dispuestas en dos hileras, de color verde oscuro y algo más claro por el envés. Son más claras las nacidas en el año y permanecen en él alrededor de ocho. Su longitud oscila entre 1,5 y 3,5 centímetros y una anchura de 2 o 3 milímetros. 

Tienen una pequeña flor de color verde, que dará lugar a un fruto rojo, que madura en otoño, el arilo, llamado popularmente moquillo por ser un tanto pringoso. Es la única parte del árbol que no es venenosa y está libre de taxina, aunque la semilla que contiene sí es tóxica. 

La madera tiene una densidad media-alta, en torno a 700 Kg./m3. La madera de Tejo además de servir para la fabricación de arcos y ballestas, por sus características de elasticidad y fortaleza, se usó también por su resistencia al frotamiento en la elaboración de los ejes de los carros; y en sillares y otros usos nobles de ebanistería. 
 
Son conocidas desde la antigüedad. Ya Julio César en el sexto libro de De Bello Gallico (51 a.C.), contaba la muerte del jefe Catuvolcus, que se suicidó bebiendo una infusión de corteza de Tejo. Entre sus compuestos se encuentra: 
* Alcaloides : Taxina (hojas) 
* Glucósidos: taxicantina (hojas) y taxifilina (planta) 
* Taxol: (hojas) 
* Bacatina: (madera) 
* Efedrina: (hojas) 
* Ácidos: fórmico, tánico y gálico (hojas) 
* Vitaminas : A (fruto) 

La taxina más que tóxica es venenosa. Aunque no lo es de igual modo para todos los animales. Mientras para el hombre y el caballo, por ejemplo, resulta letal, a los rumiantes, conejos y liebres parece no afectarles en absoluto. Actúa sobre el sistema nervioso. La intoxicación se manifiesta por una primera fase de euforia, taquicardia y mareo, pasando en una segunda fase a vómitos, sequedad, labios azulados, calambres, dilatación de la pupila y finalmente colapso respiratorio y cardiovascular. 
Actuación médica: Lavados de estómago, estimulantes cardiacos y respiración asistida. El desenlace, que se produce en un tiempo muy breve de unos 30 a 60 minutos, suele ser generalmente fatal. En caso de superación, suelen quedar secuelas en el hígado o riñones. 

Respecto a su poder curativo, el emperador Claudio ya lo recomendaba como antídoto para algunas mordeduras de ofidios. En el siglo XVIII era considerado antirreumático, antimalárico y antiabortivo. Hasta que en 1971 un instituto americano descubrió en la corteza del árbol, el taxol, una sustancia que hoy en día es uno de los más potentes anticancerígenos. Afortunadamente esta sustancia ya no es necesario conseguirla talando árboles porque se obtiene sintéticamente en laboratorio. 

No puede entenderse al margen de las características biológicas y de su ubicación junto a un edificio  religioso, concretamente el templo parroquial. A partir de estos dos conceptos o condicionantes de tipo físico se fue creando una compleja construcción semántica, sociocultural identitaria y emotiva que explica el lugar que este árbol ha ocupado y ocupa en el imaginario colectivo de cada parroquia y de Asturias.

En  Asturias se ha declarado “sitio histórico” el de Abamia, uno de los más emblemático de Asturias por su vinculación a los orígenes de la Monarquia Asturiana y la creencia popular de que el Rey Pelayo y su esposa Gaudiosa fueron enterrados allí.


El texdu o tejo es una especie protegida en todo el territorio asturiano desde 1986 y cuenta desde hace trece años con un plan de manejo que señala que esta especia goza de un reconocimiento  y arraigo cultural considerable en Asturias.   


sábado, 29 de noviembre de 2014

EL BAILE DE LA DIABLADA PUNEÑA PATRIMONIO CULTURAL

La diablada puneña es una danza en la cual se la practica en el departamento de Puno en el Perú, que representa la lucha entre el bien y el mal. Es una danza mestiza que exhibe los elementos de la religiosidad autóctona y cristiana
El investigador Enrique Cuentas Ormachea expone que la diablada puneña es ejecutada por sicu-morenos tocando huaynos sincopados que muestra rituales ancestrales donde los anchanchos y chullchuquis conviven con los hombres en torno a la Pachamama. La danza acompañada con sicu-moreno la mantiene el conjunto Sikuris del Barrio Mañazo en Puno.
En 1501, los jesuitas se establecieron en Juli, Puno, y en los días festivos, se realizaban funciones teatrales a los que ya estaban acostumbrados los aymaras y se presentaban comedias y autos sacramentales. El Dr. Ricardo Arbulú indica que en una carta del padre Diego González Holguín a su superior, los jesuitas en su misión en Juli, enseñaron a los nativos, un canto-danza sobre los siete pecados capitales y como los ángeles vencen a los  demonios, para cristianizar a los habitantes de la zona. Juli fue conocida como "La Roma de las Indias". Juli es uno de los centros culturales desde donde se difunde la figura del diablo.
El director Miguel Rubio Zapata5 recoge la versión del profesor Edwin Loza Huarachi, danzante y mascarero, quien afirma que la diablada puneña tiene su origen en la Danza del Anchanchu, y es anterior a los autos sacramentales. En aymara Alajpacha es el reino superior de luz y bondad, Manqapacha es el reino de la oscuridad y lo malo; y Akapacha es el reino medio donde viven los aymaras. En el Manqapacha viven anchanchus, dueños de minas, malignos y gentiles; a quienes se debe pedir permiso para explotar una mina. Leyendas relatan que el anchanchu es un humanoide pequeño, con nariz de cerdo y cuernos de becerro.
El antropólogo Alejandro Ortiz Rescaniere, recopila el "Mito del Supaya" en Puno de un relato de Isidro Rojas, aymara de 89 años. En el relato Jesucristo se enfrenta a su hijo Supaya.7 Isidro Rojas afirma que el mito es el origen de la Morenada y la Diablada de Puno. En la cosmología aymara, Jesucristo es Thunupa y Supaya son demonios.
Su asociación con el culto a la Virgen de la Candelaria surge a raíz de una leyenda popular. En Puno, una leyenda narra que en 1675, cerca la mina Laikakota a una legua de la ciudad, el español José Salcedo mandó a destruir las casas de los mineros pero desistió por que vieron a la Virgen María luchando contra el diablillo de la mina. Por el fuego observado en la mina nace el culto a la Virgen de la Candelaria.
La representación tuvo muchos cambios desde esas fechas, cambios como las máscaras que en su tiempo eran de yeso y para los cabellos eran utilizados los hilos de los costales de bayeta de la época; todo era tradicional y pequeño, se presentaba en fechas importantes de la Iglesia Católica. El personaje incorporó características del diablo europeo, como un fauno con cola y tridente.

El caporal o diablo mayor tiene una máscara cubierta de oro (Q'ori Anchanchu) o plata (Q'olqe Anchanchu) cubierto de reptiles, orejas en forma de sapo, colmillos en los labios y grandes cuernos. Eran construidas de yeso y luego de latón.6 Al igual que los mascareros bolivianos, los modelos peruanos fueron influenciados por máscaras tibetanas así como elementos de culturas nativas como Sechín, Chavín, Nazca y Mochica; las máscaras fueron mejoradas, incluyendo dragones que denotan influencia asiática.
El ángel que participa en esta danza, también lo hace en el Chatripuli, con alas, faldón y espada. Puli en aymara significa "ángel".
En desarrollo de esta danza, los diablos acompañaban a los conjuntos de sikuris. Entre los sikuris más antiguos que sobresalieron en esta etapa son el del barrio Mañazo en Puno fundado el año de 1892 y Juventud Obrera, fundado en 1909.  Allí se conformaría la danza de Diablos acompañada por sicu-morenos diferente a las agrupaciones de Bolivia. Años después se funda el primer conjunto de Diablada puneña sin contar a los sikus, así nace la diablada del barrio Porteño en 1962, seguida de la " Asociación Folklórica Espectacular Diablada Bellavista” en 1963.
Enrique Cuentas Ormachea  Diablada: coreografía, vestimenta y música. Diferencias entre Oruro y la de Puno. Los sicu-morenos tocan sicus, bombo, tambor redoblante, platillos y triángulo; y ejecutando huaynos sincopados y los personajes danzantes eran diablos caporales, diablos menores, chinas diablas, el viejito, el negro jetón, el apache, el león, el murciélago, el cóndor, el oso, el gorila y la jirafa.
José María Arguedas en su libro La danza de los sicuris de 1943 describe como los diablos acompañaban a los sicuris en Sicuani (Cuzco), indica que es una innovación al sicuri bipolar tradicional que ahora incorpora a comparsas de diablos y se transforma en sicu-moreno. Los diablos no tocan zampoñas y abren camino al sicuri con sus tridentes y saltos.
En 1956 Alberto y Ramón Velásquez establecieron un taller para desarrollar máscaras de diablos en Puno, anteriormente cada danzante construía su propia máscara o se compraban al mascarero boliviano Antonio Vizcarra, quien utilizaba modelos de máscaras tibetanas en su construcción. Máscaras peruanas Escrito por Arturo Jiménez Borja.


domingo, 16 de noviembre de 2014

CALLE DE LA PEÑA HORADADA

Otro de los puntos históricos de Lima y quizá uno de los más populares es la llamada Peña horadada o conocida también como la Piedra del diablo. Actualmente, esta piedra se encuentra en la cuadra 9 del jirón Junín en el distrito de Barrios Altos.

De esta piedra se ha dicho mucho, pero hay dos versiones que son las más conocidas, la primera de ellas es que se trataría de un oráculo pre inca parte importante de una huaca. La otra historia, nace nuevamente del tradicionista Ricardo Palma, quien nos cuenta la leyenda de que un día el diablo se encontraba caminando por este populoso barrio de Lima, cuando de pronto se encontró cara a cara con la procesión del Señor de los Milagros, al ver esto, el demonio intentó huir, dio media vuelta pero notó que a sus espaldas venía otra procesión, la de la Virgen del Carmen. Ante esto y al verse acorralado por ambas procesiones, al diablo no le quedó más remedio que escapar introduciéndose en la referida piedra, lo que provocó el extraño agujero que ha perdurado hasta nuestros días. All encontrarse, a salvo según él, en la otra calle, lanzó un suspiro fenomenal que todo Lima pudo escucharlo. Desde allí las calles aquellas quedaron bautizadas, una como la Calle Peña Horadada y la otra como la Calle Suspiro.

Sea como fuere, lo cierto es que pese a los años, décadas y siglos, y el desarrollo propio de una metrópoli como Lima, la piedra horadada no ha sido movida de su lugar y su origen continúa siendo un verdadero misterio para los historiadores y arqueólogos de la ciudad.

No solamente la delincuencia común afecta hoy a nuestra ciudad capital, también la información falsa que se ofrece al pueblo con el fin de llevarlo a un total engaño. Nos referimos a la vistosa placa de azulejos, en la esquina de las calles de la Peña Horadada y Rastro de la Huaquilla (jirones Junín y Cangallo), que alguien, sabe Dios con autorización de quién, colocó allí.
Esa placa, con un texto mal escrito, registra al final, que es de la pluma de don Ricardo Palma y proveniente, nada menos, que de una de sus tradiciones, lo cual es absolutamente falso.
Como quiera que, de acuerdo con el Código Penal, ese hecho constituyera un grave delito de falsedad genérica y usurpación de identidad, las oenegés defensoras de los Derechos Humanos deberían tomar cartas en el asunto y resguardar la memoria de un difunto ilustre, don Ricardo Palma, que, por estar muerto no puede defenderse.
Y es más, si el genio que puso la placa lograra comprobar documentalmente que el texto proviene de una tradición perdida y desconocida de Palma, que él ha descubierto empolvada en algún archivo, debería ser premiado, nombrándosele, de inmediato, presidente de la Academia Peruana de la Lengua.
En cuanto al supuesto origen precolombino de la peña horadada, les decimos que ello es imposible, ya que la Santa Inquisición jamás habría permitido la existencia de un ídolo indígena a la vista y paciencia de todos. Para ello estaban los Extirpadores de Idolatrías, que arrasaron con cuanto ídolo prehispánico cayó en sus manos. Además, esa piedra no estaba allí en el siglo XVI ni principios del XVII. Don Juan Bromley, en su obra “Las viejas calles de Lima” (Municipalidad Metropolitana de Lima, 2005), al referirse a la calle de la Peña Horadada (páginas 263-264), indica que que era conocida, en 1613, como “Cuadra Tercera del Cercado”. Agrega que “desde muy a los principios del siglo XVII existía la piedra perforada que hasta hoy se ve en el suelo de la esquina que forman las calles que hogaño se llaman de Peña Horadada y del Rastro de la Huaquilla, piedra cuya existencia dio origen a fantásticas leyendas”. Bromley afirma también que esta calle, en el siglo XVIII, se llamó de Mendoza; y, “en 1785 se le denomina de Vergara”. En cuanto a la otra calle (páginas 283-284), del jirón Cangallo (que hace esquina con la anterior), llamada en 1613: “calle de la Piedra Horadada”, Bromley registra que se conoció posteriormente como calle del Rastro de la Huaquilla.

Don Luis Antonio Eguiguren, en su obra “Las calles de Lima” cuenta que la  Peña o Piedra Horadada era ‘Un hueco hecho por el Diablo, o por las Penas’, en una piedra negra, que se encuentra aún en la esquina de dicha calle. ¡Dios sabe en cuántas cosas más seguimos, infantilmente, creyendo todavía!”. Este ilustre historiador peruano, nos ofrece una explicación nada esotérica y muy realista, afirmando que “para que los niños nobles y bien criados no se vieran obligados a tocar las ‘aldabas’ de ciertas casas solariegas, con cuyos dueños no estaban en buenas relaciones sus padres y, por lo cual, para ellos era indecoroso tocarlas, así como lo era igualmente, ocupar la acequia pública, cuando la necesidad les aprestaba, [...], un Maestro de Pupilos colocó en la esquina de aquella calle, o en algún lugar de la misma, o sobre la acequia, una Piedra HORADADA…” [sic]. Y precisa su información añadiendo que “La forma de la Piedra Horadada, en la esquina de la calle de este nombre, dispuesta, como recuerdo, en sentido inverso del que antes estaba colocada sobre la acequia, puede no haber sido la misma; y, dispuesta, en la forma actual, cuando el ‘señorío’ ocupó aquella calle y nuevas costumbres, dieron, a ciertos actos de la vida, un significado más íntimo y privado” [sic]. Para el Dr. Eguiguren el supuesto adoratorio indígena era ¡un simple retrete! Todo es posible. Nosotros nos inclinamos a creer que la piedra horadada no era más que un protector de esquina, llamado ‘guardacantón’, que la RAE define así: “Poste de piedra  para resguardar de los carruajes las esquinas de los edificios”. Las carretas, con sus ruedas, podían afectar gravemente los muros de las casas. Por ello, se colocaban macizas piedras o cañones enterrados boca abajo. Ojalá que no sigan engañando a los incautos viandantes con historias fantásticas, imposibles, y atribuyendo a genios de la literatura cualquier mamotreto escrito por ahí.